12 de marzo de 2010

Educar a un conejo


Educar a un perro es relativamente fácil, basta con partir de la idea de que siempre van a obedecer al líder de su manada, al macho alfa. Lo único que necesitamos es tener autoridad y paciencia para adiestrarle en las distintas órdenes o comportamientos que queramos enseñarle, pero desgraciadamente este método no sirve si nuestra mascota es un adorable conejo de largas orejas. Esta es una guía para intentar ayudar a los amantes de estos animales a convertir a su amigo en una agradable mascota con la que convivir durante largos y felices años.

¿Como empezamos?

Primero, hemos de concienciarnos. No hay que desesperar si no conseguimos que nuestro conejo aprenda lo que queramos, cada conejo es único y no todos responden de igual manera, además debes recordar que el éxito en su educación se basa en la paciencia que tenga el maestro. Lo siguiente es aprender algunos conceptos básicos, como por ejemplo el hecho de que para educar a un animal casi siempre deberemos basarnos en el premio como refuerzo. Para un animal, y más concretamente para un conejo, el premio es la consecuencia agradable que obtienen al realizar la conducta que esperamos de él.

Tan simple como eso, no se trata de enseñarle a hacer cosas sino de hacerle entender que será premiado cuando haga las cosas bien, y con el paso del tiempo estos comportamientos se convertirán en patrones de conducta que jamás olvidará. Es posible que nos encontremos personas u otro tipo de fuentes que nos hagan creer que se puede educar de la misma manera pero con castigos, es decir, castigando la conducta que no queremos que se repita, pero no es así. La experiencia prueba que el animal lo único que hace es tener miedo de ser castigado y aprender a tratar de evitarlo (por ejemplo, huir al ver que levantamos la mano), pero la conducta indeseada sigue permaneciendo.

Resumiendo, debemos basarnos siempre en el refuerzo positivo y nunca hacer uso del refuerzo negativo. Con esos toques de brutalidad lo único que vas a lograr es tener en casa a un animal asustado, mientras que si enseñamos a nuestro conejo a reaccionar frente a esos estímulos agradables conseguiremos un buen animal de compañía.

Empieza la lección.

Antes de empezar el entrenamiento debemos saber crear el ambiente propicio para ello, es decir, no pretender sacar a nuestro amigo de su habitáculo y comenzar a darle órdenes sin más. Primero has de jugar con el, hablarle, acariciarle y permitir que haga ejercicio para así liberarse del estrés que le provoca estar encerrado. Cuando consideres realmente que es el momento, podremos empezar con las órdenes que marcaran sus pautas de comportamiento. También debemos tener en cuenta que no debemos alargar demasiado las sesiones, unos 10-15 minutos diarios deben ser suficiente. Podemos entrenar a nuestro conejo en varias conductas, aquí os dejo tan sólo las que considero que son las más apropiadas para empezar con su adiestramiento.

Acudir hacia tus brazos: Es básicamente la típica orden de "ven", para empezar debemos primero fijarnos en que nuestro amiguete es bastante más pequeño que nosotros y nuestro tamaño podría impresionarles, por lo que sería un buen comienzo si nos presentamos delante suya en cuclillas. Una vez lanzada la orden, dale un premio cada vez que haga lo que pretendes pero asegúrate de que sabe por qué está recibiendo ese regalo.

Usar el arenero: A todos nos gusta que nuestro animal sea limpio, y es una verdadera bendición que sepa usar la bandeja sanitaria y no tenga todo el habitáculo lleno de "regalitos". Aplicar el método del refuerzo positivo cada vez que nuestro amigo tenga el detalle de usar el arenero para hacer sus deyecciones hará que esta conducta se "grabe" en su cerebro.

Podemos enseñar a nuestro conejo a realizar bastantes acciones más, como por ejemplo a dar la patita o incluso a traernos la pelota (siempre cosas sencillas), pero ahí ya entra la imaginación y la disponibilidad de cada uno. Recordemos que, una vez que nuestra mascota responda bien a nuestra petición (es decir, que la tenga bien aprendida), debemos ir poco a poco retirando la recompensa en forma de comida. Podemos darles el premio una vez si y una vez no, para finalmente recurrir sólo a las caricias.

Premios adecuados.

En la variedad está el gusto, y por suerte tenemos a nuestro alcanza bastantes premios adecuados y atractivos para ofrecerle a nuestro conejo. Un trozo de zanahoria puede ser muy apetitoso a la par que saludable, también hay otros vegetales adecuados para ellos. En tiendas especializadas podemos encontrar golosinas ideales para este cometido, las hay de yogur, de leche o de frutas, y usadas con moderación pueden venirnos muy bien. Otro de los premios que no podemos pasar por alto son las caricias, muchos conejos agradecen unas cariñosas cosquillas detrás de la oreja mucho más que cualquier otro premio, es cuestión de investigar y averiguar qué le gusta más.

Consejos para su adiestramiento:

No está de más hacer un pequeño resumen de lo que debemos y no debemos hacer para garantizar el éxito en la educación de nuestra mascota:

- Mostrarnos siempre tranquilos durante el entrenamiento, nunca practicar los ejercicios de adiestramiento si estamos irritados.
- Emplear siempre el mismo tono de voz, firme y sin ningún tipo de grito.
- Las órdenes y los gestos que las acompañen deben ser siempre los mismos para evitar confundir al animal.
- Siempre debemos asociar las órdenes a un estímulo positivo, a un premio.
- Las sesiones de entrenamiento deben ser siempre cortas e intensas.
- Y sobretodo nunca, nunca rendirse.

Abrazos fieros para todos.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas gracias jejeje me a servido de ayuda ahora empezaré con esto espero k me sirva (: