El miedo a los perros

Recibe el nombre técnico de cinofobia, y se trata de un miedo injustificado a nuestros amigos los perros. Una gran parte de la población la padece, y la verdad es que no es cosa de broma.

¿Por qué miedo a los perros?

Los factores que pueden dar como resultado que padezcamos este tipo de fobia son muy variados. Muy a menudo damos demasiada importancia a la raza, y la actitud alarmista de algunos padres junto con los casos tan aireados de ataques por parte de "perros peligrosos" no ayudan nada. Es realmente fácil pensar que las razas de aspecto más intimidatorio (boxer, dobermann, rottweiler) son las más peligrosas, pero las estadísticas dicen que la mayor parte de ataques de perros a personas han sido producidos por perros de raza no definida.
Por ejemplo, si entre las distintas razas nos paramos a comparar algunos criterios como defensa territorial, dominancia sobre el propietario o agresión hacia otros perros, razas como el rottweiler (considerada peligrosa por muchos) es claramente inferior que otras como el husky o el chow chow. No se puede negar la influencia negativa de la prensa.

Pero la realidad es que el miedo a los perros nace de la ignorancia. A nuestro alrededor hay personas que condenan la presencia del perro en nuestra sociedad, lo marcan como agresivo y peligroso sin siquiera haber convivido con uno de ellos.

¿Por qué hay perros agresivos?

Tampoco estaría bien negar que existen perros peligrosos, pero esto poco tiene que ver con que sea de una determinada raza. El proceso de domesticación ha permitido modificar aspectos muy importantes del comportamiento canino, pero en ocasiones ste sigue manifestándose en ellos con algunos comportamientos que lo único que hace es definirlos como especie, comportamientos que comparten con los cánidos salvajes. Es por esto que es importante su educación, pues el entorno en el que el perro desarrolla su vida es responsable de muchas conductas no deseadas, y eso nos afecta tanto a nosotros como a otros animales.

Un mal propietario.

El propietario es sin duda el factor fundamental en la aparición de conductas indeseables en el perro. No podemos acusar al perro de "tener un carácter demasiado fuerte" pues, aun que sea verdad que algunos son más dominantes que otros, TODOS los perros tienen un fuerte carácter jerárquico, por lo que precisan de alguien que les enseñe a administrarlo correctamente en nuestra sociedad. Son muy necesarios los conocimientos elementales sobre la conducta canina, no debemos ignorar la importancia del equilibrio en la educación de un cachorro.
Castigos inapropiados, conductas irresponsables y condiciones ambientales inapropiadas son factores que sólo producen perros desequilibrados, afectados por el entorno negativo. Y no está de más mencionar a los propietarios que encuentran de su agrado el poseer un animal muy bravo, por lo que desde la infancia del perro le incitan y premian en este tipo de conductas.

Saber educar.

A veces, sin mala intención, hacemos verdaderos destrozos en la educación de nuestros compañeros. Los primeros trazos en la convivencia entre la familia y el perro suelen entablarse en torno a la comida, al lugar que el animal escoge para descansar y finalmente a la relación con el propietario. Pues bien, es el momento de dar algunos consejos en relación a estos ámbitos:

La comida: desde el primer momento debemos instaurar unas pautas de comportamiento que impliquenn acariciar al perro mientras come, tocar y retirar su comida antes de que haya finalizado de manera que le hagamos comprender que nuestra presencia mientras se alimenta no supone ninguna amenaza para el. Todos los miembros de la familia deben seguir estos pasos ya que con ellos ayudaremos a establecer un orden jerárquico que evitará la aparición de la agresividad por dominancia.

Lugar de descanso: Si nuestro perro se ha tumbado encima del sofá y nosotros se lo permitimos, o somos incapaces de echarlo en caso de intentarlo, sin duda ayudaremos a que un futuro no muy lejano trate de dominarnos en todas las acciones, lo cual puede conllevar a usar su agresividad.

Relación con el propietario: Los momentos de juego están bien, pero lo que a nosotros nos puede parecer un rato de esparcimiento podría tratarse de un intento de dominancia, y si no lo sabemos llevar nuestro amigo acabará por "subirse" encima nuestra. Debemos enseñar a que pare cuando queramos que pare, y siempre hablar con suavidad y firmeza, debemos hacerle entender que nosotros le dominamos.

Vencer el miedo a los perros.

Para vencer cualquier fobia, lo único que podemos hacer es enfrentarnos a ella. Una buena manera sería tener contacto con un perro cachorro, casi un recién nacido que nos inspire esa ternura. Poder ver su crecimiento, tomar parte en su educación y, en definitiva, tomarle cariño es el paso más grande que se puede dar. Es recomendable un perro de raza pequeña y tranquila, y tener siempre a alguien a nuestro lado con algún tipo de experiencia con perros, de forma que nos pueda guiar.

Tratar con animales es maravilloso, y formar parte de la vida de un perro es siempre algo que llenerá tu corazón de alegría, vale la pena intentarlo.

Abrazos fieros para todos.