De huevo a pollo

De nuevo con la muy apreciada ayuda de mi amigo Jose, desde la ya pronto luminosa Sevilla os traigo este artículo. En el hablaremos de la cría artificial de huevos, en este caso huevos de gallinas de las razas Australorp y Wyandotte. Espero que lo disfrutéis tanto como yo:

Material necesario:

Para poder tomar parte en el maravilloso milagro que es el nacimiento de un pollo, precisamos de una incubadora. Una incubadora es un equipo especializado para producir las condiciones óptimas en las que un huevo fecundado debe desarrollarse perfectamente, y además está adaptado para poder mantener estas condiciones para un amplio número de huevos. A la derecha de este párrafo podéis ver una foto de la incubadora que mi buen amigo Jose ha estado usando durante 8 años, que concretamente está totalmente automatizada, tiene capacidad para 180 huevos y un precio que ronda los 1700€.

Puesta en marcha:

En este caso concreto, la cría de pollos de gallinas empieza una vez entrado el mes de febrero, a partir del cual se irán haciendo lotes reproductores de diferentes razas, constando cada lote de unos 60 huevos como máximo. Los huevos se introducen en la incubadora a una temperatura absolutamente constante de 37,8º, y no se precisa tocarla hasta que, pasados 21 días, nacen los pollos.

Dentro de la incubadora:

Durante esos largos 21 días, la incubadora no descansa ni un sólo minuto. La incubadora tiene varios niveles en los que se pueden colocar bandejas de huevos, pero no siempre se mantienen en la misma posición. Los huevos deben empezar su incubación en la posición superior, dónde reciben más calor, y cada semana se baja una planta. El equipo tiene un importante mecanismo en el que cada hora las bandejas se mueven, inclinándose aproximadamente unos 60º. Esto sirve para que los pollos no queden pegados en un lateral del huevo, ya que de lo contrario morirían. También es muy importante el control constante de la humedad en el ambiente, del cual también se encarga la incubadora, manteniendo un ambiente idóneo y necesario, ya que sin humedad los pollos se secarían y morirían.

Final del proceso:

Es importante procurar que cuando falten 3 días para que se produzca la eclosión del huevo, éstos estén introducidos en lo que comúnmente se llama bandeja nacedora. Se trata de una bandeja estática situada al fondo del equipo, y esto es una medida de precaución en la que se intenta evitar que un pollo nazca en una de las bandejas superiores, que como hemos dicho están practicamente en constante movimiento y podrían causar algún daño al pollo. Los pollos nacen sólos perfectamente, pero si nos encontramos con alguno que le cuesta más de lo normal la tarea de romper el cascarón para salir, siempre y cuando de señales de intentarlo, podemos ayudarle a hacerlo. Lamentablemente, si una vez pasados los 21 días de incubación se observa que algun huevo tarda más de 3 días en salir, se entiende que era demasiado débil y debe desecharse. Los pollos nacen muy mojados, pero a las pocas horas (y con la ayuda del calor de la incubadora) salen secos, muy despiertos y adorables.

Tasa de éxito:

Si los huevos llegaron al interior de la incubadora en perfecto, generalmente es muy raro que haya alguna baja entre los pollos, aun que hay algunos factores que pueden contribuir negativamente a la supervivencia de los animales. La falta de humedad o el exceso de temperatura son algunas de las causas de las bajas dentro de los lotes reproductores, pero otros factores como padres consanguineos o un gallo reproductor demasiado jóven o viejo pueden hacer que el huevo no se fecunde como debería. También hay algunas razas cuya tasa de supervivencia es más escasa debido a aspectos morfológicos como el tamaño, la forma o el plumaje.

Un nuevo comienzo:

Pasadas unas semanas, los pollos ya están crecidos y su aspecto poco tiene que ver con el que tenían cuando salieron de la incubadora. Ahora están listos para ser vendidos a otros criadores que los utilizarán como reproductores, dando lugar a una cadena productiva que tiene como objetivo principal el de mejorar la especie. Algunos de ellos harán un alto en el camino para participar en concursos, otros dedicarán su vida a poner huevos que jamás serán fecundados y nos servirán de alimento, y otros tendrán menos suerte y acabarán en nuestras cazuelas.

Un proceso fascinante y necesario, sólo me queda agradecer infinitamente a Jose su labor.

Abrazos fieros para todos.