15 de abril de 2010
¿Por qué los gatos siempre caen de pie?
Casi todos conocemos el hecho de que nuestros amigos los gatos caen siempre de pie pero, ¿cómo lo logran? ¿Qué mecanismos interfieren en este fenómeno? ¿Hay algo de mágico en ellos? Este artículo está destinado a esclarecer ese tipo de dudas.
¿Cómo lo logran?.
No, los gatos no son mágicos. Todo se explica si tenemos en cuenta su morfología y sus capacidades y sobretodo siendo siempre conscientes de sus limitaciones. Su tremenda agilidad, su asombroso sentido del equilibrio y su cuerpo dotado de una fibrosa musculatura y una flexibilidad innata son los que le dan esta capacidad de girar sobre sí mismo en el aire, pero hemos de tener en cuenta que no son super-héroes y tampoco están hechos de goma, con lo que quiero decir que si la caída se produce a una distancia demasiado corta al gato no le dará tiempo de demostrarnos su agilidad, y si la altura es exagerada el impacto puede ser muy peligroso. Este mecanismo se inicia cuando el gato nota la aceleración de la caída, momento en el que adopta una postura defensiva ofreciendo una mayor superficie de contacto con el aire y frenando así la velocidad de la caída, y es precísamente por esto que suelen salir mejor parados los gatos que caen desde un segundo piso que los que caen desde un primero, ya que tienen más tiempo para reaccionar y amortiguar la caída. Curioso, ¿verdad?
Piruetas en el aire.
Los gatos son muy inteligentes, saben qué tienen que hacer para poder soportar el impacto de ciertas caídas y saben los pasos que tienen que seguir para conseguirlo. Un gato cayendo lo primero que hará siempre para enderezarse será rotar su cabeza, a continuación girará la columna, alineará las patas y finalmente arqueará la espalda para disminuir así el impacto de la caída, y tras alcanzar el suelo flexionará las patas y amortiguará el golpe con las almohadillas de sus patas. Y no penséis que se trata de una maniobra basta o poco elegante, es el mecanismo más sutil que jamás podréis ver.
Una morfología especial.
Evidentemente se necesita un cuerpo especialmente adaptado para conseguir superar un reto de estas magnitudes, y es que el gato tiene 40 huesos más que el hombre los cuales están repartidos principalmente en la columna y en la cola, aportándoles una flexibilidad asombrosa. Además, los discos de sus vértebras son proporcionalmente más gruesos que los humanos y tienen la capacidad de estirarse y contraerse, característica que les dota de la capacidad de adoptar posturas casi imposibles.
La ciencia del gato.
A la gente de a pie le suele bastar con saber que esta habilidad es "simplemente" una gran muestra de agilidad, pero para los científicos de hace más de un siglo eso no era suficiente. En 1894 la Academia de Ciencia de París solicitó una explicación física de por qué el gato tiene la capacidad de aterrizar sobre sus cuatro patas después de caer desde una gran altura, y para encontrar una solución hizo falta un médico francés, llamado Étienne Jules Marey, armado de un equipo que constaba de un grabador cinematográfico y un cronofotógrafo, con el que era capaz de capturar la imagen de un gato cayendo a 60 imágenes por segundo. Con este método finalmente se captó la secuencia exacta de las maniobras felinas, ¿pero hacía realmente falta tanto armatoste para lograr este objetivo?
En mi opinión, no se puede esperar menos de un animal tan noble como el gato. Y es que para un ser que es capaz de recorrer cinco veces la longitud de su cuerpo con un sólo salto (lo que equivaldría a una persona saltando unos 7 metros), lo de caer de pie tiene que ser coser y cantar.
Abrazos fieros para todos.
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1 comentarios:
La respuesta a esta cuestión es simple... para no mancharnos el lomo, porque nos da la gana y por pura chulería felina jejeje. Lo cierto es que en Gatitolandia siempre nos hemos preguntado porque los humanos son tan torpes de caer de cualquier otra indeseable manera.
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