Por que si piensas que las tradiciones sádicas de nuestro país terminan allá dónde se cierra un ruedo, estás muy equivocado. No nos conformamos con eso, y es que realmente parece que nuestra existencia está anclada en la cultura de hace bastantes siglos, y que por mucho que los científicos digan lo contrario, el hombre no ha evolucionado en absoluto. Una prueba de ello es el hecho de que aún seguimos gozando ante el dolor de un animal, pero... ¿De qué estoy hablando concretamente? Este artículo pretende pues "ilustraros" sobre las distintas fiestas populares de nuestro país en las que el protagonista es siempre un animal torturado.
Los encierros de vaquillas.
Quizá uno de los más conocidos junto con la "fiesta" del toreo. Realmente un espectáculo genuinamente español que consiste simplemente en correr delante de una manada no muy numerosa de toros, novillos o vaquillas. La gracia está en ser el mejor corredor, cosa que se consigue corriendo lo más cerca posible de los toros pero sin llegar a tocarlos, normalmente con la ayuda del alcohol (que tiene la facultad de despertar esa valentía en los mozos y mozas que participan). Por supuesto la siguiente parte es cuando nos escandalizamos cada vez que vemos una cogida en el telediario, como si no se lo hubiesen buscado. ¿Viva San Fermín?
La matanza del cerdo.
Muchos conocemos la matanza del cerdo, muy tradicional en España. Se trata del "procedimiento" mediante el cual se sacrifican uno o varios cerdos con el objeto de proporcionar embutidos que sirvan de alimento, excusa con la cual suele ser el momento óptimo para montar bervenas y demás fiestas en las que familias enteras están invitadas a "disfrutar" del sangriento espectáculo, por supuesto es una ocasión idónea para que los más jóvenes se eduquen en el respeto hacia nuestras tradiciones, sin importar que esta actividad esté prohibida por la legislación europea. ¡Bon apetit!
La fiesta de las hormigas.
O "a festa das formigas", tal y como suele decirse en las zonas de Orense dónde se practica esta tradición tan bonita, declarada como actividad de "Interés Turístico Nacional". La fiesta consiste en meter en sacos miles y miles de hormigas, rociarlas con vinagre (para que se vuelvan agresivas a causas del dolor) y, tras mezclarlas con harina, arrojarlas sobre los participantes en la fiesta que, por supuesto protegidos con impermeables, se defienden de sus mordiscos a manotazos. Supongo que fueron los participantes de esta fiesta los que inventaron aquello de "a grandes males, grandes remedios".
La carrera de los gansos.
Creo que son varias localidades las que participan en este curioso "juego", aun que quizá una de las más famosas (por la polémica que se ha levantado) sea en alguna comarca de Toledo. La fiesta consiste en colocar en el centro de la plaza dos palos bastante altos, a una distancia de 6 metros aproximadamente, y unir los extremos superiores con una cuerda gruesa de la que se cuelgan gansos de las patas. Casi que tenemos que agradecer que esta fiesta ahora se realice con aves ya sacrificadas con anterioridad, pero no mucho tiempo atrás aún era posible ver a gansos vivos colgados de la cuerda. Toda una salvajada si tenemos en cuenta que la diversión es la de pasar a caballo por debajo e intentar arrancarles la cabeza de un tirón, obviamente gana aquel que más cabezas tenga en su poder. En Zamora suele hacerse con gallos en lugar de gansos, y en algunas zonas es posible ver que participan en este juego sobre el agua. ¡Que afortunados somos! Y es que por si no fuera poco podemos disfrutar de este jueguecito en varias modalidades, para no aburrirnos.
El paseo del burro.
En Villanueva de la Vera, provincia de Cáceres, tienen una curiosa costumbre cuando llegan las fiestas del pueblo. Para empezar diremos que para poder participar primero hay que emborracharse, a continuación hay que subir encima de un burro e intentar mantenerse arriba. El resto de participantes tiene como misión la de zarandear y golpear al burro para que caiga y tire así al jinete, y quién mas tiempo aguante arriba será el vencedor. No hay ni que recordar que nuestro burro es una especie protegida, pero una vez más el ser humano se cree dueño del cuerpo y alma de toda criatura, aún que peligre la existencia de toda una raza.
Conclusión.
Cerca de 60.000 animales son maltratados cada año en nuestro país, y tan sólo estamos contando los que tienen algún tipo de participación en las nombradas fiestas populares. Creo que pocos de nosotros, afortunados animales humanos, somos conscientes del insufrible dolor que padecen estas criaturas bajo el absurdo pretexto de la tradición, aun que lo realmente escandaloso es que la ley no persiga a estos fanáticos del "folclore nacional". No, la traidición no es un argumento válido para sustentar ningún tipo de festejo que utilice y/o maltrate animales, y negar esto es lo mismo que negar el progreso.
Abrazos fieros para todos.
5 de mayo de 2010
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1 comentarios:
por que hay gente tan tan tan tan tan enferma psicologicamente como para disfrutar de actos tan sádicos? asesinatos y maltratos a seres vivos debe ser un delito penal injustificable. estas personas a la carcel y con un psicologo brindado por el estado
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