23 de septiembre de 2009

Mis fieras: Iñaki y Zoe

¡Me faltaba una sección (que recuerde, quizás vengan más)! Y es que en este blog no podía faltar un espacio en el que hablar de MIS fieras concrétamente, que como sabéis muchos, son verdaderamente parte de mi familia. Le cedo el primer turno a Iñaki:


Este es Iñaki, mi gorrión. Ahora lo véis con su plumaje de adulto y bien formado, ¡pero no siempre fue así!

Iñaki vino a nosotros cuando tenía apenas un par de semanas de vida, Clara lo encontró caído de un árbol en su casa e hizo lo que cualquiera que se encuentra un pájaro caído de un nido debe hacer, devolverlo al nido. Pero las horas pasaban e Iñaki seguía y seguía saltando, intentando echar a volar sin conseguirlo. Esto se debió sin duda a que Iñaki, cuando lo encontramos, ya no era una cría indefensa, era lo que se llama un volantón, es decir, un polluelo con todas sus plumas desarrolladas y totalmente preparadas para emprender el vuelo. Tanto sus padres como sus hermanos ya habían abandonado el nido, pero Iñaki, por algún motivo, no supo aprender a volar corréctamente (y es que a día de hoy aún le cuesta horrores volar, no logra estar en vuelo ni 5 segundos y se estrella constántemente!). Así que decidimos adoptarlo, al menos por el momento, y soltarlo cuando estuviera preparado (como hemos hecho otras veces).

Iñaki estaba ya muy espabilado en cuanto a la alimentación se refiere, normalmente nos costaba bastante que empezaran a comer, pero Iñaki desde el primer momento nos aceptó, aun que en esto tengo que reconocer que nos ayudó alguien muy especial, su hermanastra Zoe.



A Zoe la encontró también Clara (tiene un imán para estos animalillos jeje) en una carretera llena de polvo unas semanas antes que a Iñaki, ella si era una cría poco desarrollada con 4 plumas contadas a la que tuvimos que sacar adelante. Zoe fue muy especial, nos ayudó a acercarnos a Iñaki (los gorriones aprenden por imitación de sus semejantes, y Zoe colaboró en el sentido de que, por ejemplo, Iñaki veía que nosotros la alimentábamos a ella de manera que pudo aprender que nosotros no éramos un peligro para el).


Zoe e Iñaki estuvieron mucho tiempo juntos, ella asumió el papel dominante en el grupo (supongo que por órden de llegada) y a veces era un poco agresiva con su hermanastro (incluso le quitaba plumas y le dejó el cuello totalmente pelado!), pero Iñaki fue extraordinariamente siempre fiel a ella.

Zoe le enseñó a "cantar" (nosotros poníamos música en el ordenador y ellos intentaban imitar la melodía), a comer gusanos (los que les dábamos nosotros), a restregarse por el suelo... Fueron inseparables!

Cada uno dormía en su jaula, pero estaban prácticamente todo el día fuera de ella (Zoe se enfadaba si no la sacábamos), y les encantaba acurrucarse en nuestro pelo, hacían un nidito entre nuestras manos, entre los flecos de los cojines...

Lamentáblemente, Zoe ya no está con nosotros. Nuestra niña especial nos dejó el pasado verano, y a día de hoy aún lloramos su pérdida cada vez que vemos sus fotos o, simplemente, cada vez que la recordamos. Muchos pensarán que no tiene sentido llorar por la muerte de un "simple pájaro" pero... No saben lo que dicen.

Fue desolador llegar a casa después de trabajar en la escuela de verano y ver el cuerpo de Zoe sin vida, en el suelo de su jaula. Pero aún más triste fue ver a Iñaki, quién finalmente (al ver que era imposible que se valiera por si mismo) se quedó con nosotros, y que estaba en una jaula un poco más abajo, subido al "techo" y literalmente chillándole a Zoe, como intentando llamarla o despertarla. Iñaki no entendió por que saqué a Zoe de la jaula para no volver a meterla, y desde entonces Iñaki ciértamente no es el mismo. Sigue acercándose a nosotros y se deja más o menos tocar, pero se ha vuelto un pelín más asustadizo y escurridizo. Aun que sigue siendo nuestro bebé.

Y eso es todo por ahora, de regalo os dejo un video de la pequeña Zoe, intentando (y consiguiendo) robarme un sandwich.



Abrazos fieros para todos.

3 comentarios:

L u l ü dijo...

Que bonita historia. Como es posible que un ser tan chiquito pueda ser tan agradecido? Me encanto verlo escondido detras del cabello de clara

Son bellos!

Anónimo dijo...

aun que no lo creas yo si te entiendo por que pase casi por lo mismo pero eran periquitos

NachoArdilla dijo...

Me encanta la historia amigo, te entiendo todo lo que cuentas porque llevo toda la vida haciendo lo mismo que tu, un abrazo.