3 de noviembre de 2009

Crónicas de un ATV: Primer día en la clínica, sabor agridulce.

Wei!

De lujo, sencillamente de lujo. Tuve la oportunidad de ver y hacer más cosas de las que pensaba y es que nada más llegar ayudé a una de las veterinarias para hacer una radiografía a una pastora alemana de 8 meses, que sospechaban que podía tener un poco de displasia (malformación en la unión de la articulación de la cadera y la cabeza femoral), y ahí me véis con mi delantal de plomo sujetando las patas de una perrilla. También pude estar presente en la castración de la misma perra, y quedé encantado con el trabajo del equipo. Es un procedimiento mucho más rápido y limpio de lo que os imaginais, todo se hace a través de una incisión de unos 6-7cm y no es nada "escandaloso".

Vi y ayudé (en lo que humildemente pude) con muchos más pacientes: Una perra de 18 años con un quiste en la boca (aun que la pobre tenía de todo), muchísimos perros y gatos jóvenes que necesitaban sus vacunas y la más preocupante (aquí viene la parte agria del asunto), una jóven perrita de 5 años que vino en muy mal estado. Nada más entrar a la consulta le detectaron una anemia muy seria, para que os hagáis una idea un perro sano debería tener alrededor de 8 millones de globulos rojos, siendo 4 millones el minimo compatible con la vida. Esta perrita llegó con unos 580.000, menos de un millon de glóbulos rojos. La pusimos con plasma y le hicieron varias analíticas, pero necesita una transfusion de sangre. Se quedó allí ingresada por la noche para que esta mañana Pablo traiga un perro suyo y poder hacer la transfusión, el problema es que nadie cree que esa perrita haya superado la noche. Esta tarde lo sabré.

Y eso es todo por hoy, ¡estoy realmente contento!

Abrazos fieros para todos.

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