3 de noviembre de 2009

Crónicas de un ATV: Primeras despedidas

Hola!

Hoy también he llegado a casa contento después de pasar la tarde en la clínica. Naturalmente nada más llegar he preguntado por la perrita que ingresó ayer con aquella anemia tan severa y, tal y como se pronosticó, no se ha obrado ningún milagro, no logró superar la noche pero no podemos decir que no se intentara.

A lo largo de la jornada hemos castrado una perra, una cachorra de teckel preciosa, y una gata la mar de buena. Pablo me ha dejado participar controlando la respiración de los animales, administrando el sedante en vena cuando ha sido necesario y pasándole el material a los veterinarios que estaban interviniendo, me ha gustado pasar del papel de espectador a uno algo más dinámico.

De nuevo, y esto parece ser que es rutina, nos hemos artado de poner vacunas a jóvenes mascotas familiares y de hacer revisiones a dueños preocupados, pero ojo que no estoy criticando. Yo me alegro cada vez que veo que llega algún dueño que trae a su mascota por cualquier "tontería", por ejemplo los dueños de una perrita a la que le habían salido unos bultitos por el cuerpo (minúsculos, del tamaño de la cabeza de un alfiler) que han resultado ser mordeduras de garrapata. Eso demuestra preocupación, demuestra amor por su mascota y eso está bien.

Destaco a una perrita a la que se le ha diagnosticado "tos de la perrera", que es el nombre común de uno de los problemas más comunes encontrados cuando animales domésticos se mantienen cerca y juntos. Me ha parecido curioso ver esto por primera vez, y sobretodo la facilidad con la que el veterinario la ha detectado tan sólo escuchando la tos del animal.

Y la dulce protagonista del día para mi ha sido una jóven conejita, de unos 3 meses de edad, con una grave mixomatosis. Esta es una enfermedad infecciosa de los conejos, caracterizada por tumefacciones en la piel y membranas de estos animales, particularmente en cabeza y genitales. Después suele evolucionar a conjuntivitis aguda y, en ocasiones, ceguera, normalmente el conejo pierde l apetito y comienza a desarrollar fiebre. En los casos típicos donde el animal no posee resistencia, la muerte acontece de media en 13 días.

Existe una vacuna para esta enfermedad, que se ha de administrar siempre que compréis un animal de este tipo, pero nuestra protagonista no tuvo la suerte de que sus dueños tuvieran esta información, no les culpo. La jóven coneja ha sido sacrificada, su enfermedad aún no se había desarrollado completamente pero era preferible ahorrarle el terrible sufrimiento que la haría agonizar durante 7 días más aproximadamente, era la decisión correcta.

Pero no nos vengamos abajo, como dice Pablo: Es la vida.

Abrazos fieros para todos.

0 comentarios: